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Modelo de Intervención

  • Foto del escritor: Yurany Ospina
    Yurany Ospina
  • 27 may 2018
  • 7 Min. de lectura

La orientación familiar se define como el proceso de ayuda a la familia con objeto de mejorar su función educativa (Sánchez, 1988) pero también, la dinámica funcional, adaptación a sus circunstancias y al entorno vital. Oliveros (1989) considera que la Orientación Familiar es un servicio de ayuda para la mejora personal de quienes integran una familia, y para la mejora de la sociedad en y desde las familias, suponiendo un proceso de ayuda a cada familia asesorada que se extiende a todos los miembros cuando también tienen parte de responsabilidad, de ayuda, de educación o de suplencia en la misma.

La orientación familiar, según Romero (1998), puede entenderse como una ayuda prestada a la familia a través de un conjunto de técnicas encaminadas a prevenir y a afrontar dificultades por las que atraviesan sus miembros en los distintos momentos del ciclo vital. Este autor afirma que las múltiples variables que interactúan en una situación personal se tornan confusas dificultando la orientación personal, profesional y escolar, complejidad que se acrecienta para la orientación familiar.

El modelo Cognitivo Conductual se enfatiza mucho la idea que la conducta, tanto la normal como la patológica, se halla en estrecha relación con el ambiente. El vínculo entre persona y ambiente se considera bidireccional, vale decir, el entorno va moldeando nuestros comportamientos, pero nosotros también somos capaces de cambiar nuestro medio.

Ahora bien, en esta interacción continua y recíproca lo que más define a los ambientes radica en sus características sociales. Es decir, si bien los humanos también somos influidos por las características físicas de un entorno, como la luz o la temperatura, lo más sobresaliente de nuestros ambientes es que son compartidos con otros semejantes, con los cuales tenemos que entendernos y adaptarnos mutuamente. De ahí que muchos aspectos de los desórdenes psicológicos se encuentren influenciados por relaciones interpersonales disfuncionales.

Sucede frecuentemente que las conductas patológicas de los niño o niñas se encuentran estimuladas por familiares o amigos quienes inadvertidamente, pretendiendo ayudar al niño o niña, terminan por favorecer la aparición y mantenimiento de hábitos insalubres y nocivos.

En tales casos, no alcanza con aplicar procedimientos terapéuticos individuales, como discusiones cognitivas o entrenamiento en técnicas de manejo de la ansiedad, porque ellos dejan por fuera el ámbito interpersonal en el cual se inserta la patología. Para ello, debemos complementar la intervención con procedimientos específicos para modificar las relaciones sociales disfuncionales.

Las familias constituyen típicamente el ámbito de aplicación de los procedimientos orientados a modificar relaciones. Esto, por la sencilla razón de que la mayoría de las veces son los familiares quienes se encuentran cerca y al cuidado del niño o niña.

Las familias cumplen un rol determinante a la hora de la formación de la personalidad de una persona y fundamentalmente de la solidez de la autoestima. Las creencias con que los miembros se forman dentro de ellas se dan por la forma en que fueron criados dentro de las mismas.

Es importante comprender que en el hogar se encuentra un grupo primario; es decir, aquel en el que el individuo adquiere un nombre, aprende a amar y ser amado, comprende significados, descubre quién es con base en sus características físicas y psicológicas, asume roles de conducta, crea hábitos, se comunica y establece patrones para sus relaciones afectivas; pero también que la familia es un sistema que sirve como intermediario entre la sociedad y el individuo.

Es por esto que se debe enfatizar que las personas necesitan llevar a cabo su proyecto de vida, tener niveles de aspiración, porque de no ser así la familia puede convertirse en una fuente de obstáculos. Por lo tanto, se debe poner mucha atención a las necesidades que no están siendo cubiertas al cien por ciento, ya que todos son perjudicados, no sólo los niños, sino también los adultos.

Por lo tanto, El mayor interés en este tema de estudio es profundizar y dar a conocer cómo ayuda la terapia cognitiva conductual en el tratamiento de familias disfuncionales y como los miembros de estas familias van desarrollando sus cualidades hasta llegar a una sensación gradual de potencia, de placer y de plena realización personal y afectiva que los ayude a mejorar cada día como personas y entes sociales.

Partiendo de todo lo anterior, este trabajo de investigación aportará conocimientos académicos que permitirán conocer y saber acerca del quehacer científico dentro del área de la Terapia Cognitivo Conductual, ayudando a favorecer la comprensión de la naturaleza y de los complejos problemas que aquejan a los seres humanos, además de que se convertirá en una herramienta clínica muy útil para psicólogos clínicos y estudiantes, en consultas sobre muchos de los trastornos comunes en la práctica profesional cotidiana con miras a ayudar a los pacientes a que descubran sus estructuras disfuncionales, comprueben en la realidad su conducta, y construyan técnicas más adaptativas y funcionales de respuesta.

Una mejor comprensión de la psicología humana, así como de las relaciones interpersonales y las que se crean en el interior del hogar, han llevado a entender que la salud psicológica se basa en la realización personal y la satisfacción afectiva. Comprender ambos aspectos es, en buena medida, la clave para saber qué sucede hacia el interior de una familia, y más si es considerada una familia disfuncional.

Hoy día existen diversos tipos de terapias que son empleadas para abordar diferentes conflictos psicológicos. Una de estas terapias es la Terapia Cognitivo Conductual, la cual es una opción cada vez más valorada por las personas y la más eficaz que existe en la actualidad ya que es efectiva no solo como ayuda en situaciones críticas; sino que proporciona recursos y estrategias que ayudan a lograr más estabilidad y seguridad en el día a día y prevenir el malestar emocional futuro y con resultados altamente positivos en familias disfuncionales.

La Terapia Cognitivo Conductual fomenta una mejora global en el manejo de las emociones dentro de la familia disfuncional, lo cual se traduce en beneficios en otros espacios: laboral, social, salud, relaciones interpersonales. Es frecuente que los cambios alcanzados aumenten la autoconfianza y el afrontamiento exitoso de otros problemas y estresores. La familia percibe que no sólo ha cambiado alguna u otra conducta, sino el estilo general de percibir e interpretar los acontecimientos.

Se considera que una familia disfuncional, a largo plazo, generará personas disfuncionales; sin embargo, el individuo va a trabajar, acude a la escuela y se relaciona como puede. Por lo tanto, la manera en que se vincula en su ambiente es donde se debe poner atención, en esas conductas que se generan y que pudieran ser paliativos o válvulas de escape por falta de realización y de satisfacción afectiva, y que les ayudan a recuperar, aunque con deficiencias, el equilibrio psicológico.

En este sentido, se debe poner atención en el momento en que las cualidades de este grupo afectan el crecimiento de sus integrantes, pues, aunque los más vulnerables tienden a ser los hijos, porque están en formación, cuando se llega al fondo es común descubrir que una familia disfuncional afecta a todos y también puede ser una fuente de frustración para los padres.

Por lo tanto, la importancia de este estudio radica en conocer las herramientas y las técnicas para proponer tratamientos eficaces a la hora de solucionar problemas psicológicos, lo que motiva a evaluar la situación otorgando a los pacientes recursos útiles para solucionar sus conflictos. Esta motivación conlleva a identificar las emociones, pensamientos, conductas que llevan a problemas y experimentar emociones negativas. El pensar en qué tipo de vida social, personal, familiar y de trabajo se desea, la familia tiene objetivos claros sobre los cuáles enfocarse durante la terapia. Por lo tanto, se hace imprescindible identificar problemas y plantear metas.

La motivación de realizar este estudio surge del carácter formativo del mismo, ya que se desea conocer las habilidades que las familias adquieren después de varias sesiones para poder solucionar por su cuenta futuros problemas psicológicos o recaídas, lo que permitirá a los lectores y alumnos ampliar sus conocimientos sobre los diversos desórdenes que aborda la Terapia Cognitivo Conductual y conocer el apoyo empírico y metodológico que siguen y usan los investigadores dentro del área de Terapia Cognitivo Conductual.



La terapia familiar conductual se basa en los principios de la teoría del aprendizaje aplicando técnicas utilizadas en la terapia individual al tratamiento de dificultades familiares. Entre sus representantes pueden mencionarse a Liberman y Jacobson. La mayor parte de las técnicas se basan en los principios del Condicionamiento Operante: incremento o reducción de la frecuencia de una conducta en función de las consecuencias que de ella se derivan. Bajo esta perspectiva, sólo era posible registrar y modificar el comportamiento observable (sea éste motor o verbal) el cual depende de dos factores:

  • De la situación, analizando cómo afecta y obliga a responder.

  • De la historia anterior que posibilita una serie de repertorios para responder ante tal situación.

Al hablar de intervención conductual podemos señalar que ésta se hace para cambiar una parte del funcionamiento de la persona a partir de su situación actual que es fruto de la propia situación y de la historia anterior mediatizada por las emociones, que no observamos directamente pero que se infieren del comportamiento manifiesto. Transcurrido un tiempo se acepta que las cogniciones, los pensamientos y las actitudes de la persona están en relación con el comportamiento observable, lo que supone reconocer la existencia de fenómenos no observables, es decir, sentimientos, pensamientos y actitudes que se construyen sobre fenómenos emocionales. También se reconoce que las cogniciones están determinadas no sólo por la experiencia anterior sino por las emociones, cuando hacemos por ejemplo una interpretación negativa de una situación, es probable que se genere en nosotros una respuesta de ansiedad (Toro, 1994).


La terapia familiar conductual va a considerar que las conductas problemáticas en las familias aparecerán debido a un déficit en el aprendizaje o por el uso indebido de refuerzos y castigos; estos déficits hacen referencia a las habilidades de comunicación, de resolución de problemas y de destrezas de los padres en el manejo de los hijos, poniendo en marcha un proceso de coerción que se da cuando la atención de la familia se centra en las conductas aversivas o problemáticas administrando estímulos aversivos o castigos para controlar esas conductas, tornándose la interacción familiar cada vez más aversiva (Moreno, 1994).


En la intervención cognitivo-conductual, el terapeuta asume que él es un elemento influyente y decisivo para la persona que tiene delante y que a la vez está influido por esa persona. El terapeuta enseñará a la familia nuevas habilidades y detendrá el ciclo de castigos introduciendo otras conductas en las que predominen refuerzos positivos. Se parte pues del análisis funcional de la conducta aplicando programas de destrezas para padres, entrenamiento en comunicación, resolución de problemas o reestructuración aversiva.

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